DIOSES Y HÉROES DE LA ANTIGUA GRECIA

dioses y heroes

Los dioses olímpicos eran muy humanos. Y tan golfos y desaprensivos que me recuerdan peligrosamente a nuestros políticos, o a muchos de ellos.

Para una visión informal y dicharachera de los héroes y dioses griegos tenemos al siempre ameno y accesible Robert Graves, que nos retrata con trazo fino a los sinvergüenzas divinos y sus trapisondas más sonadas; pero también hay momentos solemnes y trágicos, cómo no mencionar la tragedia en la mitología griega.

El escritor inglés sabía colorear sus escritos con una sutil capa de humor, una ironía discreta y elegante que no degrada las antiguas historias sino que les da un cierto realismo costumbrista. Por extraño que pueda parecer llamar realismo a esto:

‘Gea hizo un último intento por deshacerse de los dioses del Olimpo y creó a Tifón, el monstruo más enorme que jamás se hubiera visto. Tenía cabeza de asno, orejas que tocaban las estrellas, alas que tapaban el cielo y un amasijo de víboras enroscadas en lugar de piernas. Tifón aterrorizó de tal manera a los dioses del Olimpo cuando corrió hacia el palacio escupiendo fuego, que éstos huyeron a Egipto. Zeus lo hizo disfrazado de carnero; Hera, de vaca; Apolo, de cuervo; Poseidón, de caballo; Artemisa, de gato montés; Ares, de jabalí; Hermes, de grulla, etc. Sólo Atenea no quiso moverse. Fue ella quien llamó cobarde a Zeus y le dijo que se avergonzaba de ser su hija.

Zeus se ruborizó, retornó a su estado habitual y le arrojó un rayo a Tifón, hiriéndole en un hombro. Gritando de dolor, Tifón agarró a Zeus, le golpeó hasta amoratarlo, le quitó los tendones de las manos y de los pies para dejarlo inútil y lo puso bajo la custodia de un monstruo hembra llamado Delfine.

Poco después, Tifón pidió a las parcas una medicina para su dolor del hombro. Ellas, en silencio, le dieron unas manzanas y continuaron hilando. Tifón mordió la fruta con sus enormes dientes, pero las parcas le habían engañado y le habían dado unas manzanas de la muerte. A medida que el veneno surtía efecto, Tifón se sentía cada vez más débil.

Hermes, Apolo y Pan fueron a la cueva de Delfine por la noche. De repente, Pan dio un grito horrible y asustó mortalmente a Delfine. Mientras, Hermes se coló sin ser visto en la gruta, robó los tendones de Zeus de una vasija que había bajo la cama y volvió a ponérselos al dios. Apolo, por su parte, mató a Delfine de un flechazo. Zeus lanzó tal cantidad de rayos sobre el débil Tifón y, finalmente, lo aplastó con una enorme roca. Aquella roca es hoy el monte Etna, en Sicilia. De vez en cuando, el ardiente aliento de Tifón surge con fuerza por el cráter, arrojando humo, lava y piedra pómez’.

tifon

 

Esta y otras instructivas narraciones pueblan el singular mosaico de la mitología griega. Los divinos protagonistas de esos mitos riñen entre ellos, se vengan, se ayuntan, en fin, un poco de todo. Uno comprende que el sereno Epicuro recomendara a sus amigos no echarle cuentas a los dioses y vivir cada uno a su aire sin dañar a nadie. Resulta un poco extraño que la inocua filosofía de este señor, que no proponía un salvaje hedonismo sino un discreto disfrute de la vida, haya arrostrado tantas persecuciones y anatemas.

En cualquier caso, el viaje turístico por la mitología que nos propone Robert Graves no se agota en el humor y las descripciones grotescas y fantásticas. El orgulloso Belerofonte acaba mal, y bastante peor Sísifo. Sí, el de la piedra monte arriba y monte abajo (la imagen superior pertenece a una antigua vasija, de las inferiores, la de la izquierda representa a Belerofonte montando a Pegaso en un mosaico romano encontrado en  Autun, Saône-et-Loire, Francia; la imagen de la derecha es un cuadro de Tiziano que representa a Sísifo).

Bellérophon_Autun                                                                                                                                 sisifo

 

Tan humanos eran los dioses del Olimpo que incluso se les acabó un día el reinado, así por las buenas:

‘Juliano de Constantinopla, el último emperador romano que adoró a los dioses del Olimpo, murió luchando contra los persas, el año 363 después de Cristo. Las tres parcas, entonces, informaron a Zeus que su reinado finalizaba y que él y sus amigos debían abandonar el Olimpo.

Furioso, Zeus destruyó el palacio con un rayo y se fueron todos a vivir entre la gente humilde del campo, esperando tiempos mejores. […] Los dioses del Olimpo se vieron obligados a esconderse en bosques y cuevas, y nadie les ha visto desde hace siglos’.

Aunque quizá haya una excepción. Terminamos este post con un bizarro y, aseguran algunos, verídico episodio acontecido en Atenas y que nos trae nada menos que Mircea Eliade:

El autobús que para en Eleusis

5 de febrero de 1940. »En una de las paradas del autobús Atenas-Corinto, subió una anciana, ‘flaca y seca, pero de grandes ojos vivos’. Como no tenía dinero para pagarse el billete, el cobrador la obligó a bajar en la estación siguiente, que era precisamente la de Eleusis. Pero el conductor no conseguía poner en marcha el autobús; al final los viajeros se pusieron de acuerdo para pagar entre todos el billete de la anciana. Subió ella de nuevo y, esta vez, el autobús arrancó. Entonces la anciana les dijo: ‘Deberíais haberlo hecho antes, pero sois unos egoístas. Como ahora estoy entre vosotros, os diré una cosa: seréis castigados por la forma en que vivís; os veréis privados hasta de las hierbas y el agua’. ‘Aunque no había terminado de proferir su amenaza -prosigue el autor del artículo publicado en Hestia (7 de febrero de 1940)- cuando ya había desaparecido… Nadie la había visto bajar. Se miraban unos a otros y hasta repasaron el taco de billetes para convencerse de que efectivamente faltaba uno”.

Charles Picard, según refiere Eliade realizó estas oportunas observaciones:

‘Creo que los helenistas, en general, no podrán evitar, ante esta anécdota, la evocación de algunos recuerdos del célebre Himno homérico, en el que la madre de Koré, disfrazada de anciana en la morada del rey de Eleusis Celeo, profetizaba también y -en un arrebato de cólera, reprochando a los hombres su impiedad- anunciaba ya entonces catástrofes terribles para toda la región’.

Como afirmara Levi-Strauss, el mito se transforma en leyenda histórica. También tenemos por aquellas tierras a la apócrifa santa Demetria, jamás canonizada pero adorada por las gentes del lugar. Se contaba que un turco secuestró a su joven hija, y un cristiano valiente la rescató. ¿Les suena la historia?

7 comentarios en “DIOSES Y HÉROES DE LA ANTIGUA GRECIA

  1. No he leído el libro pero si mencione este autor en el blog de Aquileana pues también escribió otro libro de la Mitología Griega en general que es muy conocido; fue profesor de literatura en Oxford y algunos lo criticaron por la manera en que escribía; pues tuvo su propia manera de interpretar los mitos, y esto parece haberle molestado a los historiadores. Total, el «neo-paganismo» surge como un intento de revivir los mitos y darles otra interpretación; si no me equivoco, Jung estaba envuelto en esto también.

    • Interesante información la que aportas María. En efecto, el señor Graves tenía un modo particular de ver las cosas. Por ejemplo, defendía que en tiempos muy anteriores al apogeo cultural de Grecia dominaba allí y en otras partes, el matriarcado. Y que más tarde ese sistema fue atacado por el subsiguiente machismo religioso, cultural, etc. Fíjate que, en el fragmento de su libro que refiero al principio, en el que combaten los dioses con el Tifón, ese monstruo lo envía Gea, la Madre Tierra, para combatir a los dioses olímpicos. Si no ando descaminado, Robert Graves interpretó esa y otras luchas similares en las que siempre vencen los olímpicos, capitaneados por un dios masculino, Zeus, como la propaganda con la que los nuevos tiempos patriarcales afirmaban la derrota del antiguo sistema matriarcal. Yo, como no soy ningún especialista en el tema, ni quito ni pongo, pero parece sugestiva esa hipótesis.

      En cuanto al neopaganismo, pudo inspirarse en los mitos griegos pero tuvo mucho de experimentación con sustancias. Sobre todo lo impulsaron Aldous Huxley, Evan-Schultz, Gordon Wasson, Albert Hofmann y otros. A Jüng le interesó mucho más la dimensión simbólica y psicológica de los mitos. Gracias por interesarte en el artículo María. Un saludo.

  2. Hola querido José ⭐ ★ ⭐ ★
    Un gusto visitarte y encontrarme con este post… Yo tengo un libro que es de editorial Alianza y en realidad son dos tomos llamado «Los Mitos Griegos’ del gran Graves… Quien fue incluso novelista.
    Su aporte es erudito pero al mismo tiempo se hace accesible su lectura.
    Este libro se me ocurre que debe estar asociado al que te comentaba… [posiblemente]
    Tu sinopsis es excelente y me ha parecido muy interesante, sobre todo el apartado relativo a los misterios de Eleusis.
    Un abrazo para vos!, Aquileana 😀

    • Bueno, para qué te voy a engañar, Aquileana, este post no puede competir con tus magníficos artículos sobre mitología. Pero bueno, aquí he enfocado el tema desde otro punto de vista, resaltando un poco el humor de Robert Graves e introduciendo esa pieza final, leyenda, verdad o lo que sea, que siempre me ha llamado la atención. En realidad este mundo de los mitos es tan complejo que se presta a múltiples niveles de lectura que son todos compatibles. Se pueden abordar desde la estética, la psicología, filosofía… Hace un momento he visto en un blog amigo que se considera al papiro de Derveni como el documento más antiguo de Europa. Y, no sé, a mí me resulta emocionante que ese documento no sea una lista de almacén o alguna ley sádica sino una especie de encantamiento órfico. Un gran abrazo, Aquileana, encantado de tenerte por aquí.

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